domingo, 25 de diciembre de 2011

La familia Wittgenstein en la Gran Guerra (1). Introducción.

Ludwig Wittgenstein pasa por ser uno de los filósofos más importantes del siglo XX. Las cosas como son: hablo por delegación. Me encanta la filosofía cuando la explican de tal manera que la pueda entender, pero si me enfrento a los libros de filosofía tal cual no entiendo nada de nada. Pero, en fin, ahí queda, que el tío era un genio.

Abramos boca. Wittgenstein pertenecía a una familia de multimillonarios austríacos del acero. Comenzó estudios de ingeniería aeronáutica. Suena sofisticado, ¿verdad? Moderno sí que era, la aviación no tenía todavía ni diez años de historia.

Cursando estos estudios se aficionó a la filosofía y decidió que tenía que ir a estudiar a Cambridge. El dinero no era problema. Ahí se encuentra con Bertrand Russell -otro pedazo de personaje absolutamente apasionante que ya por entonces gozaba de grandísima reputación- y con él traba gran amistad. También con otros figuras de Cambridge: algunos entonces en la cumbre de su fama y hoy bastante desconocidos, como George Moore; y otros que, al revés, representaban la variante restante, es decir, entonces desconocidos pero después celebérrimos, como Keynes. Wittgenstein entrará junto a estos y otros en el selecto club de los Apóstoles, donde sólo se podía entrar por invitación tras ganarse su respeto intelectual.

La guerra le pilla de vacaciones en Austria y se alista como soldado raso. No adelantaré acontecimientos. Sólo diré que cuando regresa a casa lo hace cargado de condecoraciones: medalla de plata al valor, segunda clase (19/10/1916); medalla de bronce al valor (19/10/1916); cruz Karl al conjunto de la tropa (28/1/1917); medalla de plata al valor, primera clase (25/8/1917); medalla al mérito militar, con condecoración (12/7/1918). Entre combate y combate encuentra tiempo para escribir el Tractatus Logico-Philosophicus, obra que acabará de completar una vez terminada la guerra mientras estaba cautivo de los italianos.

El Tractatus le deja aparentemente satisfecho. Abandona la filosofía porque considera que ha abordado y resuelto los principales problemas filosóficos. No necesita abuela. Se retira a trabajar unos años como maestro de escuela hasta que es requerido para que vuelva a Cambridge como profesor. En Cambridge es tratado como una celebridad, mejor dicho, como un guía espiritual. Muchos estudiantes le siguen y veneran incluso sin entender su obra.


Ludwig Wittgenstein hacia 1947. Imagen: wikipedia


Durante la II Guerra Mundial trabaja como camillero en un hospital de Londres. Tras la guerra vuelve a trabajar seriamente en la filosofía porque considera que su obra anterior y, a priori, definitiva es muy mala. Estos pensamientos sólo verán la luz públicamente de forma póstuma, pues el cáncer acaba con su vida en 1951.

Sin embargo, Ludwig no fue, en vida, el más famoso de los hermanos Wittgenstein.

Paul Wittgenstein era pianista y había debutado en 1913 como concertista. Al estallar las hostilidades se incorpora como oficial de la reserva a su regimiento. Las heridas de guerra le hacen perder el brazo derecho. Pese a ello, Paul Wittgenstein no se arredra. Dedica horas y horas practicando con su mano izquierda y perfeccionando la técnica con los pedales. Arregla obras para piano para poder tocarlas únicamente con la mano izquierda y encarga a otros célebres compositores que le escriban obras para tocar él mismo. Conseguirá su objetivo. El resto de su vida vivirá del piano y como pianista.

Un tercer hermano, Kurt, era oficial en el frente italiano. En los días del desmoronamiento final se descerrajó un tiro en la cabeza.

Si esto os parece medianamente interesante, esperad a conocer los detalles.

Continúa en La familia Wittgenstein en la Gran Guerra (2). Ludwig Wittgenstein.

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