domingo, 25 de diciembre de 2011

La familia Wittgenstein en la Gran Guerra (4). Kurt Wittgenstein.

Viene de La familia Wittgenstein en la Gran Guerra (3). Paul Wittgenstein.

Aunque Konrad, desde ahora Kurt, era mayor que Paul y Ludwig era más bajo y de naturaleza más débil. A juicio de su familia era bastante aniñado. Kurt sí hizo el servicio militar, un año, y consiguió ser inscrito como teniente en la reserva. Estudió para ingeniero en la Universidad Técnica de Hannover y se sacó el título en 1899. En 1906, financiado por su padre, fundó una fábrica de laminados junto a su socio Sebastian Danner en Judenburg, a las orillas del río Mur. Esta era la primera de su estilo en usar calderas eléctricas que generaban un calor más consistente y controlable que las alimentadas por carbón y que producían un metal líquido sin las impurezas que tenían las anteriores. Más de cien años después esta empresa, Stahl Judenburg, sigue en activo.
Nunca se casó. Parece ser que tuvo un par de noviazgos fracasados. Su felicidad consistía en tocar el piano, cazar, conducir coches rápidos y los niños. En su familia le consideraban un niño grande y nunca le tomaron en serio. Es curioso que su padre Karl, tan preocupado de tener un heredero para sus empresas, nunca le tuviera en cuenta a pesar de ser el que más cerca estuvo de seguir su línea de negocios.

Las cosas no le habían ido mal y el 9 de abril de 1914 llega a Nueva York a bordo del barco alemán Imperator. Su propósito era explorar las posibilidades de hacer negocios en la industria estadounidense y canadiense del acero. Durante su estancia combinó el placer con los negocios hasta que le pilló el estallido del conflicto mundial. Ese verano Kurt iba a regresar a Europa pero las autoridades norteamericanas se lo prohibieron. Kurt se presentó en el Consulado austríaco en Manhattan y lo pusieron a trabajar en el departamento de propaganda.

Su familia estaba más angustiada por el “deshonor” que suponía para Kurt no estar en el frente que aliviada por saberle seguro. En sus cartas Kurt siempre decía lo mucho que desearía poder estar aportando su granito de arena en el frente pero que no le dejaban partir. Era cierto, como oficial de la reserva se le suponía la intención de incorporarse al ejército y no se le permitía volver a Austria. Parece ser que tuvo una participación bastante activa en el consulado y no fue hasta que todos los diplomáticos austríacos fueron expulsados, en mayo de 1917, que Kurt pudo regresar.


Los Wittgenstein en 1917, Kurt es el primero por la izquierda y Paul el segundo por la izquierda. El primero por la derecha es Ludwig. Imagen: the reading room

En algún momento de la debacle austríaca en el frente italiano Kurt se pegó un tiro. Me sorprende que la familia esté tan convencida de ello porque, si bien nadie cuestionaba el hecho del suicidio, las historias que envuelven ese momento son dispares. Fue enterrado en algún lugar no identificado, como tantos otros. ¿Realmente alguien le vio dispararse en la cabeza? ¿No sería que podía más en el recuerdo de la familia el hecho de que dos hermanos antes que él se suicidaran? Y, ¿no es extraño que, además, estuvieran tan convencidos del suicidio de Hans -acaecido años atrás- cuando, en realidad, su cuerpo desapareció y tan posible es que hubiera tenido un accidente como un suicidio?

En unas memorias que Hermine, la hermana mayor de los Wittgenstein, escribió decía que Kurt se había disparado sin razón aparente. Pero distintas ramas de la familia daban razones diferentes a este suceso. Al parecer Paul le explicó a su amiga Marga Deneke en los años 20 que, en los días finales de la guerra, se le ordenó exponer a sus tropas bajo el bombardeo de los cañones italianos en una orden que suponía la segura aniquilación de sus hombres. Sabiendo lo inútil de la orden se negó a ejecutarla pero, después, temeroso del consejo de guerra se suicidó. Con todo el desbarajuste de la derrota no se investigó su muerte y quedó en el olvido.
Un sobrino de Kurt, Ji Stonboroug, sostenía que Kurt se suicidó inmediatamente después de la firma del armisticio para no soportar la humillación de la rendición.
Una tercera versión dada por una hija de Paul, Johanna, sigue la línea argumental de su padre pero con detalles más dramáticos. Kurt se habría enfrentado al oficial que pretendía el sacrificio de sus hombres pistola en mano y le amenazó. El otro oficial retrocedió pero amenazándole, al mismo tiempo, con el consejo de guerra. Cuando Kurt se dio cuenta de la que había liado se habría volado la cabeza.
Una cuarta versión dice que los que se negaron a avanzar fueron sus propios hombres, que se habían amotinado. Kurt tenía que elegir entre desertar con ellos, quedarse solo luchando o pegarse un tiro.

Fuentes consultadas en orden de mayor a menor importancia cuantitativa en la redacción de estos posts:

WAUGH, Alexander, The House of Wittgenstein. A Family at War, Bloomsbury Publishing, 2008, London.
NOLL, Justus, Ludwig Wittgenstein y David Pinsent, Muchnik Editores, 2001, Barcelona.
GILBERT, Martin, La Primera Guerra Mundial, La Esfera de los Libros, 2004, Madrid.

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