lunes, 7 de marzo de 2011

Louis Strange. Tu mano derecha me sostendrá.

Viene de Louis Strange. Si tomare las alas del alba.

En agosto de 1915, tras un año de servicio ininterrumpido en Francia, Strange es destinado de vuelta a las islas Británicas. Llegado a territorio insular, aprovecha para casarse y recibe el ascenso a Mayor. Uno de sus primeros encargos será la formación del 23º Escuadrón del RFC en Gosport, Hampshire, pero un ataque de apendicitis le obligará a abandonar el mando de esta unidad. Tras recuperarse recibirá el encargo de organizar la creación de la Escuela de tiro aéreo número 1 en Kent. Después será ascendido a teniente coronel y creará otro centro de adiestramiento en tiro aéreo en Turnberry. En abril de 1917 es destinado a la Escuela Central de Vuelo y se dedica a probar los aviones que salen de fábrica.

En junio de 1918 vuelve a Francia comandando la 80ª Ala Aérea de la recién creada RAF. Los escuadrones bajo su mando destruyen, entre el 1 de julio y el 11 de noviembre, un total de 449 aviones y 23 globos aerostáticos alemanes. A nivel personal Strange también la lía. El 30 de octubre de 1918 acompaña con su avión una incursión aérea. Observa desde lo alto el bombardeo de los aparatos a sus órdenes y, cuando estos terminan, Strange descarga su equipaje de bombas sobre unos hangares alemanes que habían quedado intactos tras la pasada anterior. Por si era poco se puso a ametrallar a tropas y unidades de transportes que pululaban por los alrededores. Cuando levanta el morro y se dispone a alejarse ve a un grupo de ocho Fokkers por encima de su cabeza. Se lanza sobre ellos y consigue derribar uno. Los otros siete se enzarzan con él pero Strange consigue mantenerse vivo hasta que los aviones de la RAF vienen a rescatarle en plan 7º de caballería. Por esta liberación de adrenalina Strange obtendría la Orden de Servicios Distinguidos.

Pizarra que lleva el recuento de las victorias del Ala 80 de la RAF. Imagen: Wikipedia.

La guerra termina no sin antes llevarse por delante a un hermano de Strange, Gilbert, que también era piloto. Strange continúa durante un tiempo en la RAF pero, renqueante de salud, consigue finalmente la baja y una pequeña pensión y se irá a vivir de la tierra durante un tiempo. A finales de los años 20 la vida bucólica de la Inglaterra rural le ha devuelto la energía y las ganas de juerga. Strange se encuentra en disposición de ser fichado en 1929 por la empresa fabricante de aviones Spartan y en los años 30 participará en competiciones aéreas volando estos aviones, confraternizando en estas actividades con sus antiguos adversarios. Cuando la empresa Spartan desaparezca en 1935 Strange continuará en estos entretenimientos con otras compañías. Y entonces llegará la invasión de Polonia.

El señor Strange está más cerca de los 50 que de los 40 así que es desestimado para pilotar aviones en primera línea. Sin embargo, es admitido por la RAF para formar parte del 24º Escuadrón, una unidad de transporte y comunicaciones. En principio, el 24º Escuadrón debía de cuidarse del correo y mensajería con Inglaterra pero el fulgurante avance alemán obliga al 24º a emplearse en tareas de evacuación.

El 21 de mayo de 1940 fue uno de esos días agitadillos en la vida de Strange. Despegó de Hendon en un Douglas DC-3 pero en Croydon lo tuvo que cambiar por un De Havilland Dragon al fallar uno de sus motores. Con este avión llegó al aeródromo de la RAF en Merville, con la misión de salvar todo aquello que fuera salvable. No era mucho. Cogiendo recambios de aquí y allá se consiguieron arreglar dos Hurricanes que fueron devueltos a Inglaterra por dos pilotos que habían sido derribados con anterioridad y no tenían avión. Sólo quedaba otro avión en condiciones de volar y un piloto a mano: Strange. Así que tuvo que subirse en un Hurricane al que le faltaba gran parte del instrumental de control y que iba desarmado. Fantástico, además era la primera vez que se subía a este tipo de avión.

Al poco de despegar fue cordialmente saludado por fuego antiaéreo que le obligó a subir a una altura de 8.000 pies. A esa altura fue atacado por un grupo de Messerschmitts que se había propuesto terminar con sus aventuras. Strange hubo de picar con su avión y bajar a ras de suelo. La persecución continuó hasta llegar a la altura de la costa, donde la artillería antiaérea de la Royal Navy puso en fuga a los Messerschmitts que todavía le acosaban. Por esta nueva descarga de adrenalina y haber salido vivo de esta también, Strange ganó una barra para su Orden de Servicios Distinguidos.

El resto de la guerra se lo pasó creando y organizando los métodos de aprendizaje de los futuros paracaidistas británicos. Trabajó después adaptando los barcos mercantes para que pudieran llevar un Hurricat que se enfrentara a los Focke-Wulf Condors y, finalmente, pasó a Francia en junio de 1944 con distintas responsabilidades. Poca cosa.

Murió plácidamente en su cama a los 75 años. Dicen que para su epitafio escogió dos versos del salmo 139:
"Si tomare las alas del alba
tu mano derecha me sostendrá".

Para escribir estos dos posts sobre la vida de Louis Strange he utilizado esta página que es, si os fijáis, la fuente principal de la edición en inglés de la Wikipedia. La versión del vuelo del 10 de mayo de 1915 en la imprescindible web the aerodrome es muy reveladora. Sin embargo, para la narración de ese suceso he preferido seguir el relato de Alan Clark en su libro Aces High. El epitafio lo encontré aquí.
Para quien quiera aún más el propio Strange publicó sus memorias bajo el título de Recollections of an airman. Como esta narración fue publicada en el período de entreguerras más completo tiene que resultar Flying Rebel: the story of Louis Strange, de Peter Hearn.

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